Estaba por encontrarlo… el espacio se hizo, por un tiempo,… perfecto. Su mujer adorada había salido por la puerta trasera. La luz de las ventanas tenía sabor… sabor…
Una nota musical… el color de los párpados… esta vez… totalmente…irrelevante.
Droga… y… alegría por…. Si. Por estos segundos. Ahora se veía feliz. Se veía armonioso. Si, eran las cuatro de la tarde. No, no había preocupaciones. Podía estar lloviendo, y no existiría humedad. Humedad, la palabra se parece desequilibrar al compás de la felicidad en aquella habitación. En aquella habitación… de pronto, darse cuenta… de que aún estaba encerrado.
Si, era enero…y las notas caen… suben y caen… como la humanidad cuando juega en el patio del vecino. La última, diez segundos…. La última. Una almohada.
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