Y es que en el verdadero infinito no hay probabilidades...
lunes, 21 de junio de 2010
Mira ahí está.
Se quedó helado, las “cosas” de la cabeza dejaron de existir. Solo reaccionó dos segundos para luego darse cuenta que estaba helado. Una y otra vez congelado. “Que humano soy…” se dijo.
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