lunes, 29 de septiembre de 2008

Y mencionó a octubre.

El sol en el pavimento es amarillo y la sombras cercanas tienen un bajo olor a… ¿Cómo se llama?... si… esperanza.


Me sonríe y dice que no irá a su casa, que quiere dar un paseo. Su cabello juega con mi oxígeno y su estado me anima a correr junto a ella. Correr, hace tanto tiempo que tengo ganas de volar con los zapatos en tierra.


La tomo de la mano, sin temor ya. A nada, a nada. Ya no tengo miedo de hacerle daño, el sonido de nuestro sudor nos sonríe más. Le tengo confianza en este momento. Me tiene confianza en este momento. Honestidad impetuosa, Gastémonos hoy, y nada más. Nada más.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

En una hora.

Su frescura y cansancio hacen de su cama, una cuna. Las semanas con ella dejan al despertador sin huellas.

martes, 16 de septiembre de 2008

Nuestras supuestas luces.

No recuerdan haber estado en ese lugar pero la madera tenía sus nombres.
Sus camas estaban frías y las cortinas estaban cerradas.
Se podían dar las buenas noches quince veces.
Las luces naranjas de los postes impedían la brevedad en sus mentes.
Ilógicamente era un instante bello. Inadecuadamente todo era cierto.
La memoria querida mía, es frágil.

Otra vez.

Se me hace difícil comprender el “amor” que ella siente. Ha perdonado muchas veces y cuando se siente amenazada no tarda en demostrar sus celos con palabras claras, con quejas, con amenazas, con lágrimas.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Chau.

Supo que estaba enamorada. Ella no hablaba de primavera ni de mariposas, hablaba de invierno y de párpados. No cantaba de amor, tarareaba sin darse cuenta. Los violines no estaban, si, era ella. Las horas irrelevantes se irían para siempre y él no deseaba regresarlas… siempre dijeron que sería inapropiado. Que si alguien, quien sea, se encontraba con el amor “promiscuamente” deberían abandonarlo. Y ella deseaba con todas sus fuerzas ser abandonada. Ella.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

¿Cuándo?

“Está de moda ser loco” me dijo. Quién mierda se cree que es para venir a hablarnos tan idealistamente.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Coyotes.

Son buenos días. Junto a cuatro almas, comemos, inventamos, trabajamos, reímos, y soñamos. Son buenos días. Hay una calidez inmediata al regresar a nuestro círculo y nos hemos acostumbrado a masticar los caramelos más opacos. Aprendemos a silbar y a adivinar comerciales. Son buenos días. Las carcajadas ejercitan nuestros estómagos y nos quedamos dormidos con una sonrisa en la boca. Despertamos con una sonrisa en la frente y el cielo… es celeste. Son buenos días. Podemos emocionarnos con cada timbrazo en la casa, podemos apagar los celulares y mirar por la ventana. Son buenos días. Fueron buenos días.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Año.

“¿Sabes?... a veces la vida deja de ser… ¡mentirosa!, y se vuelve… hipócrita.” (Me dijo con una sonrisa en la boca.)

Era una difícil situación. Cuando revise su expediente se me vino a la mente lo que me dijo mi madre. “Hasta el hombre más malvado, ama a sus hijos.” La familia en todo caso, era un punto de quiebre en los sentimientos de esos hombres. Sin embargo este… del que todos hablaban, había aprendido desde la adolescencia a odiar a sus parientes. Sus testimonios lo describen como un alma insana. Como un odio nacido de un cariño mentiroso. Este hombre no tenía a nadie. Sin amigos, compañeros, consejeros… ¿Podía realmente alguien vivir de esa manera?, ¿realmente alguien podía estar así de solo? Quizá estaba esperando a una persona… quizá escriba o llame a alguien. Y se, que no debo sentir lástima porque él sabe de nosotros. Él sabe que tenemos amor y eso no es bueno.

Madrugada tres.

Acababa de encontrar el cadáver. No creía que en realidad su hermano había podido hacerlo. Tenía hambre. Su esposa tenía mucha más hambre. No parecían motivos suficientes como para temblar. Tragar saliva. Y temblaba, temblaba mucho. Sudaba y su cabeza vomitaba en su poesía mundana. Si no lloraba ahora… corría el riesgo. Lástima que sus ojos siempre estuvieron secos.

Si.

No soy de enojarme con facilidad pero termine por pudrirme en intolerancia total. Abandoné por completo mi serenidad y mi juicio estúpido e inservible. Golpee a los que pude, patee a los más cercanos, los odie y grite como no lo hacía desde hace mucho tiempo, me importó un pimiento el cochino futuro, me importo una mierda las estúpidas consecuencias, era momento de disfrutar la violencia, la total honestidad y los placeres de la explosión interna. La energía se intimidó al principio pero una vez que el conocimiento me dejó en paz pude por fin embriagarme de lo que llaman injustamente, maldad. Ahora supuestamente herido, espero con ansias la próxima gota que colmará el vaso de mi carácter.

martes, 2 de septiembre de 2008

Nervios de por si.

No entiendo como pueden lidiar con esta situación, es todo. **Oye, tendrás que hacerlo. Somos de costumbre*** ¿De costumbre?... te, te refieres a que el hombre es un ¿animal de…costumbre?... ¿te refieres a eso?... jaja… uao… (una copa de ese licor confuso. Se sirve también) *** si, a eso me refiero *** Aja… escucha, no quiero acostumbrarme, no quiero… “adaptarme”. Háganlo ustedes, lo hacen bien. Yo no, no puedo con esto, ¿entiendes? No puedo. Eh… que… no quiero llegar a dejar de sentir compasión. ¡Esto no es normal! ¿Me entiendes no? …No quiero… entiende ¿si?... no… no lo haré. Mañana me iré por la mañana, y Erica me seguirá, la sacaré de este lugar aunque no quiera. Al carajo con todo. (Aplausos afuera) Vamos, van a bailar el vals ya. *** Bueno***