sábado, 6 de septiembre de 2008

Año.

“¿Sabes?... a veces la vida deja de ser… ¡mentirosa!, y se vuelve… hipócrita.” (Me dijo con una sonrisa en la boca.)

Era una difícil situación. Cuando revise su expediente se me vino a la mente lo que me dijo mi madre. “Hasta el hombre más malvado, ama a sus hijos.” La familia en todo caso, era un punto de quiebre en los sentimientos de esos hombres. Sin embargo este… del que todos hablaban, había aprendido desde la adolescencia a odiar a sus parientes. Sus testimonios lo describen como un alma insana. Como un odio nacido de un cariño mentiroso. Este hombre no tenía a nadie. Sin amigos, compañeros, consejeros… ¿Podía realmente alguien vivir de esa manera?, ¿realmente alguien podía estar así de solo? Quizá estaba esperando a una persona… quizá escriba o llame a alguien. Y se, que no debo sentir lástima porque él sabe de nosotros. Él sabe que tenemos amor y eso no es bueno.

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