jueves, 12 de noviembre de 2009

A cenar.

Siento las piedras cómplices bajo mis zapatos silenciosos. Mientras ella prepara la cena mi curiosidad por sentirla bajo mis caricias arañando todo lo que pudiese antes de morir me hace avanzar, no me pregunto nada. Curiosidad perturbadora que aprendió a convivir con mi mente al saborear la incertidumbre, al terminar la locura.

No tiene tiempo de gritar, la he alcanzado. Al tomarla del cuello el equilibrio hace que me tumbe de espaldas en el astillado suelo, ella encima, qué estupidez, creo que la espalda no me servirá para más tarde. Forcejeo…

Un segundo más, ya casi se ha marchado, tengo la imagen de sus “ojos fijos en la nada” en mi mente...
Un segundo más.
Ahora siento el terrible dolor de sus puños en mis testículos, ¿recordó que somos humanos? Y escapa… se va gritando, está pidiendo auxilio.

Incertidumbre ahora y sin embargo sin premio. Perturbado. Sin premio. Con la espalda malograda, con los “testículos fijos en la nada.”

Mi amor. No pidas auxilio. Vuelve, acariciémonos.

martes, 27 de octubre de 2009

Cielos.

Regresarán a pesar de que los hayamos despedido con dientes. Tomarán un algodón y curarán nuestras heridas, cortarán nuestras uñas, lavarán nuestros cielos. Nuevamente podremos cerrar sus ojos y nos creerán. Quién no brinda.

Melodía.

Dónde estás cachetona. Me viste desde tu jabón naranja, desde tu champú grasoso. Me viste y no te bajaste esta vez. Tengo felicidad y solo me quedan paquetes medianos y sombríos para ti.
¿Te gusta nuestra música sucia? Quítate la ropa con confianza. Póntela. Quítatela por segunda vez… qué eficaz. Ya me veo. Enloquezco en tu tumba, junto a tu epilepsia, más allá barren nuestra melodía, huele a naranja.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Ya son las cuatro, preciosa.

Corremos en nuestra cama lo más rápido que queremos. La veo y quiero retrasarla, quiero abrazar su cintura, quiero sentir sus pezones, estoy apurado y ella lo sabe. Digo cosas y el ambiente no deja de ser una máquina descompuesta generadora de espacios. Nuestros intervalos… ¿Así sabe la juventud? Tengo arrugas en el corazón. El tiempo me exige demasiado, quiero dormir a su lado y demorarme todo lo que quiero en pocos segundos… Claro, claro que sí. Sí hay tiempo para suspirar.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Hocico.

Somos dos traseros negros con orejas de conejita en el comienzo de nuestras piernas. No estás tan mal… tienes una vagina. No estamos tan mal, tenemos más dedos que tú. Vas a ver, al final, será como estar en tu casa hablando con la mamá sobre “cuántas cucharitas de azúcar.”

Media plaza.

Luego de violarme se quedó en la puerta observándome. Tenía un reloj de oro y un ombligo muy sucio. “En la caja de madera están tus nuevos calzones. Todos blancos.” Y qué tal si le hago el amor… Qué tal si en realidad él es malo como decían sus medias. “Hay uno rosado ¿Hay?”

Digan “A.”

La sala de esperas tiene hongos azules en las esquinas, los zapatos de Memo los tapan su sotana. Todos tienen calor y aún así acercan sus copas de té hirviendo a los sucios pómulos enrojecidos. Tengo el ojo derecho inflado en sangre, no me debo quejar. Un niño está escribiéndonos una canción, si grito, lo desconcentraré. Qué asco nos dan las esquinas azules.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

El esclavo preferido.

Observó con atención lo que su hermano le había traído a casa. Sonrío, lagrimeo y llorando de felicidad preguntó cómo lo había encontrado, aunque estaba en muy mal estado, era lo mejor que le había pasado en todo el día. Le dio un agradecido beso a su hermano, se despidió de él y disfrutó de su ensangrentado regalo toda la noche. No podía ser más feliz.

domingo, 16 de agosto de 2009

La colita adormecida.

Y “colita” se acerca al “pato” con la intención de vencer sus miedos. No demuestra alegría ni ansiedad. Oh… el “pato” ha volteado a ver a “colita”… ¿Qué hará “colita”? Nada… recibe un golpe en el ojo y “chinita” va a rescatarla sin olvidarse de primero golpearme en la cabeza diciendo: “te dije que “colita” está enferma, cuídala del “pato” o yo a ti te sacaré un ojo”. Y “chinita” carga a “colita” con lágrimas en los “ojos”.

Qué nos pasa.

Dicen los vecinos que ella antes de servirle la comida, prende su equipo y le hace un baile poco erótico cantando una canción antigua. Todos los días él se va a trabajar y todos los días… el vuelve a casa.

Tonto.

Esa señora trama algo… todos los días lava su ropa. Todos los días tiende su ropa… la misma creo. Su esposo es medio… tonto. Tonto. Ella es feíta. La veo bajar las escaleras siempre… siempre está con esa llave en su mano. Es un matrimonio raro, no me los imagino. Su esposo está serio y tiene una voz muy grave y decidida para ser un tonto… pero siempre ella habla por él cuando están juntos, ella debe estar enamorada o quiere creerse eso. Siempre está vigilando que nadie la vea lavar su ropa y siempre camina lento, siempre habla pausadamente llevando esa llave creyendo seguramente que nadie se percata de lo evidente. Siempre mirando hacia todos lados, ella está tramando algo.

Tú no estás con hambre. Eres un reloj, un reloj loco, un reloj loco y malogrado.

Estoy en el costal de Gerardo y tengo hambre, no he comido desde las cuatro… Estoy enamorado de Laya (hermana de Gerardo) tiene unas pantorrillas… unos talones… Gerardo, maldito todo lo que te han dado en el día te lo has comido mientras caminabas… qué pasó con tu conchudez. Puedo oler… puaj… refrescos, lo que menos quiero ahora es un refresco añejado. Ya pues Gerardo, algo para el costal… tenemos hambre aquí abajo (Yo supongo que Gerardo creerá que tienen hambre sus juguetes ya que cuando busca su comida no la encuentra (yo me la comí) y aún así sigue metiéndola en el costal… bueno, sea lo que sea yo estoy feliz que este así de loco) Gerardo… maldito seas, van a dar las cuatro de nuevo, como me gustaría poder gritarte (En realidad Gerardo le puse yo, Laya lo llama “oye” todo el tiempo”) Está caminando rápido… o no… diablos el tiempo pasa demasiado lento cuando estoy con hambre… ¡Gerardo tengo hambre! ¡Ya van a dar las cuatro de nuevo! ¿Date cuenta no?

¿Dónde estamos?

Nadie te ve. Estás asustada porque no sabes si es un ensayo o un orgasmo común y corriente. Están saltando a tu alrededor y las luces queman tu espalda. Lo que gritas ya no tiene sentido para ti, no es lo mismo que en tu departamento ¿no?
No son perfectos… y no hay nadie que critique, no hay nadie que suelte un bostezo ¿preocupados? No, solo tú. Ellos saben que es lo que está pasando… yo sé que es lo que está pasando, pero tú estás muy lejos de atreverte a preguntar. Sigue gritando. Sigue saltando, sigue esforzando tu vista.

Bosque de lana.

Mis dedos están temblando toscamente, mi ropa se ha congelado y solo tengo este teclado sin monitor. Aquí reina el olor de un ano. Tengo una mandarina en mi bolsillo… no me gustan las mandarinas. Tengo un alfiler en mi oreja. Aquí no hay señal… la impresora se está apagando. Será mejor que termine

No olvide.

Ya nos cansamos de estar a salvo.
(¿A SI? YO PENSE QUE VENÍAN POR UNA CERVEZA)
Es que no se cómo funciona esto… estoy algo nervioso, pregunta ¿es por un tiempo?... no es que me vaya a arrepentir…
(¿NO SABEN LO QUE QUIEREN VERDAD?)
Quiero querer un plato de cualquier cosa… estar feliz entiende… quiero querer…
(¡NO ME VENGA CON CURSILERÍAS!, ¡SABE LO QUE QUIERE O NO!)
No.
(SIGUIENTE)
¡Oiga!… ya, tome mis llaves.
(… SIGUIENTE)
(¿Las de mi auto también?... mi ropa, nuestra ropa)
(…)
Tómela a ella. Nos vamos sin nosotros… ¿sí?...
(A LA CAJA 4 ENTONCES)
Deme aunque sea un cuaderno… …ya ya, está bien no quiero nada.
(SUERTE)
La necesitaré supongo.
(BUENO, OIGAN USTEDES, SEPÁRENLOS… ¡EH EH! NADA DE DESPEDIDAS, ESTO ES SERIO)
No me jodan, al menos tengo que despedirme… un abrazo…
(DE UNA VEZ, SEPÁRENLOS. ¡SIGUIENTE!)
…¿Caja cuatro no?
(NO OLVIDE DEJAR SUS LLAVES Y SU ROPA. QUIZÁ LE VENGA BIEN ALGUNOS PUÑETAZOS…)
Puñetazos… no… bueno… pero me dejan darle un abrazo pues…

XO.

Embaracé a tu hermana hoy. Tengo quince en el bolsillo ¿quieres un café tibio? No estoy jugando a ser tu amiguito de colegio. Hoy rescaté a los juguetes de mi juventud… también encontré el arete de ombligo de mi sobrina… bueno, era un “BATMAN” con la mejilla negra, un “BATMAN” con la cabeza y pierna mordidas y un “COYOTE” que me lo regaló una puta cuando tenía apenas “SIETE AÑOS” (¿la puta o yo?) Te dije que tenía… ¿quince? Tengo dieciséis con cincuenta… ¿Ya te dije que hoy me embaracé? Está bien… café frío.

Amarillento.

Hoy terminé con mi ella. Hoy fui a la casa de mi amante y la bese con ansias en los ojos. Hoy me prometí no fallar a nadie. Veo el nuevo techo de mi departamento, el nuevo fluorescente, veo… que tengo nuevas distracciones. Aquel espejo ha ido envejeciendo tanto… ha ido perdiendo brillo… ha ido perdiendo alma. Tengo ganas de llamar a mi madre y decirle que soy un buen hijo, deseo hacerle el amor a la chica de la que una vez estuve enamorado (ella), muero de ganas de empezar a leer el libro que acabo de devolver. Tengo hambre. No hay nada para comer en la cocina y me voy a quedar dormido en la ducha… no puede ser posible esto. No, cómo no va a poder ser posible.

Lucidez.

Aquí, hecho pedacitos, creo ver mis intestinos bajo mi estómago. Huelo a ardor, mi sangre ya no tiene sabor. Tengo miedo, si. En cualquier momento puedo morir pero pienso que debo mantenerme lúcido en mis últimos segundos. Dónde estará ella… mañana por la mañana se enterará y se hará la valiente, morderá sus labios, llorará y luego se hará la valiente. Como quisiera que no viera mi cuerpo… pero la sádica querrá verme de todas maneras. “No hay necesidad tarada…” No puedo mover mis brazos… carajo… quiero escribir en el suelo… o algo por el estilo… no… bueno, total, no puedo mover mis brazos. Y ahora… que por un instante de locura pienso que podría salvarme, me desespero. “No seas tonto, ni si quiera puedes mover la boca…” A ver… lucidez… lucidez… no puedo salvarme…

miércoles, 15 de abril de 2009

Castillo sucio.

Mi espalda se vuelve fría y sucia en tu suelo de cemento, convulsiono mientras te observo, estás perdida, lo sabes. Afuera ladra tu chusco, adentro maúlla tu engreída. Estás perdida, estás perdida. Mi muerte te tiene en sus manos, tu terror me tiene en sus manos. Debí amarte más temprano hoy, debí amarte antes del almuerzo, que pena pues.

Mini castillo.

La memoria me hace sonreír hoy, me proyecta, me hace fruncir el seño. Su casa es un mini castillo con vista al mar, con la luna en la cabeza y con escondites oscuros como el mismísimo gusto. Tengo tantas ganas de zambullirme entre sus almohadas. Tengo tantas ganas de pensar que me quedaré con ella hasta que se me acabe una etapa.

El fin de los enamorados.

Hoy vieron a Gloria rodar por las escaleras. Ayer escucharon las últimas balas de Braulio. Mañana olerán mi cerebro, mis dientes.

Pileta sin colores.

Caminamos hasta la cuadra trescientos cuarenta y dos y ella dijo que a pesar de que la noche estaba hermosa, no le gustaban las estrellas. “Están muy coquetas…” Le invite un helado de menta y ella me compró una gaseosa blanca. Debíamos volver a casa pero ella insistió en que nos quedáramos a observar la pileta… estaba muy aburrida. Qué más da, nos abrazamos e intentamos hacer el amor. Tengo muchas ganas de decirle que no quiero sentir su alma.

Timbrar.

El celular se arrodilló en el charco de sangre y apagó su pequeña linterna. “Ni siquiera un cuarto de batería” pensó. Esperó a que alguien pasara por su lado, que alguien llamara para poder timbrar… para que alguien escuchase… “Resiste” (le decía al moribundo)… “me sé el número de la ambulancia pero…” pero no tenía pulgares.

Libros y cabellos.

Hoy fue un día de su sonrisa. De su cintura. Sus párpados. Manos. No siento que la quiero, siento un gusto por ir al cine que ni se imagina…

miércoles, 18 de febrero de 2009

Short negro.

Feliz por el momento se despojó de su falda y le hizo una llave a la frescura jadeante de la tarde marina. Contenta saltaba, escalaba brazos fríos y se acostaba con las pupilas vegetales. Yo a una cuadra con un teléfono público malogrado. Jorge se me acerca y la ve. “Está rica la basura.”

Floripondia.

Estás bien fea pero tu forma de caminar es bonita. Demos una vuelta por el parque pero tu adelante y yo te sigo.

Penumbra.

La penumbra de su habitación la aniquiló. Cuando llegué tenía la cara desfigurada y aún quedaba mucho pánico en sus ojos. Hace tres meses también intentó ahorcarse con sus propias manos… creí que estaba jugando. Su cuello delgado… morado… verde… era tierno comparado con la Mariana que tenía frente a mi. Me perdonaran por haber llegado tarde, me abrazaran con ojos vidriosos y yo sabré que fui el barco ahogado.

lunes, 16 de febrero de 2009

Campanas.

Te sientes preferida hoy con tu traje amarillo y tu cabello espacial. Tus antebrazos me confían la letra de tus respiraciones y entiendo que al dejar tus anteojos dejaste mi carpeta y los lápices de colores prestados. No puedo pedirte que te sientas tan normal como cuando… lo eras. Regreso ahora ante rastros amarillos sin espaciales cabellos, sin mi querida normal y sin nuestros anteojos. Eres tú y yo no soy tu aquel.

viernes, 13 de febrero de 2009

El departamento redondo.

Todos estaban concentrados en el brazo de Melisa. “¡Cómo lo haces!” podía doblarlo o algo por el estilo. “Ya ves, ella puede sacarse un conejo del codo ¡escucha!... ¡ah que nervios!…” Lo que sea. Gabriela estaba sentada en el sillón pequeño “totalmente ebria… ¿qué no te dio asco cuando la viste vomitar en el patio?” Aún así se veía bonita, a punto de caerse. “Oye creo que puedo hacerlo también” “No… el codo de Melisa se puede oír…” Un karaoke mal organizado estaba repitiendo a los mismos desafinados… yo también quiero cantar “¡Que cante Gabriela!” Si… que cante Gabriela.

lunes, 2 de febrero de 2009

Piñata.

Maldita sea, puedo ver como nuevamente ese payaso se acerca sonriéndome. Mis padres parecen jóvenes, están… ¿golpeando una piñata? Qué pasa aquí señores… demonios con el payaso de los labios morados. Mi hermano está dormido… yo ni si quiera puedo intentarlo, cierro los ojos y la música se eleva. Hay una mujer ebria… y el payaso parece que se ha propuesto molerme la mente con sus dientes. Tengo ganas de llorar, necesito un espejo… quiero cerciorarme que soy yo el que está pensando y viendo todo esto.

Trompas.

No sé si las rocas me miran temerosas o desafiantes. Me están vigilando incluso entre los sueños más desequilibrados, creo que puedo ver los dedos de tus pies regados entre plantas que alguna vez fueron carnívoras. Siempre creíste que eras muy blanca para ser mi esposa, creíste que nunca te buscaría y lo estoy haciendo. Lo estamos haciendo… entre plantas que alguna vez te desearon.

viernes, 30 de enero de 2009

No escupir.

Me levanté por la mañana y vi mi taza con café en la mesa. Ella no estaba. Ahora no se si le echó azúcar o no.

viernes, 23 de enero de 2009

Inyección de "vida"

- ¿Qué pasa con María eh?
- A que te refieres.
- … Está tranquila.
- Ah si… no se, creo que está tomando sus pastillas.
- Pero ¿unas pastillas pueden cambiarla tanto?
- Claro…
- Ahora saluda, pide por favor, da explicaciones, incluso si está irritada prefiere no hablar.
- Jaja, prefiere no hablar…
- Pobre María. Lo que sea que estén haciendo con ella…
- Ya cállate, que más quieres. Ya no intentará golpearte.
- Ah cállate tú.

Dos horas.

Tenemos setenta años y nuestros ojos ya no se observan igual. Comemos en la cocina, el comedor es para las familias grandes. Tenemos una cama cinco veces más amplia que la que compramos cuando nos casamos. Es verano… y nos mantiene frescos. Ella con las macetas, yo con los mismos libros… aún podemos besarnos. Salgo temprano a visitar a la viuda de mi hijo, Yolanda me llama y me invita a ver una película en la casa, canal 41, en dos horas, ella ya la vio.

Llego sin arco iris, con mucho calor, esperando por hielo. Cenamos juntos, cenamos poco. Hay ensalada y mucho arroz… su sazón ya no es tan buena como antes, pero a ella le encanta. Me hace sonreír bastante. Por fin, me calla y dice que la película empezará. Nos quedamos estáticos esperando no perdernos nada de la trama. Y luego tengo mucho sueño y pienso en las mujeres con las que la engañe… por las que ella se hizo fuerte. Yolanda simula toser, simula acomodarse en el sillón, simula sorprenderse para despertarme… no quiere que me pierda la película. La abrazo. Y esperamos.

jueves, 22 de enero de 2009

Ultra.

Si estás muy cuerdo, preocúpate por las películas de suspenso. Si estás muy loco, preocúpate por las películas musicales. Si estás enamorado, preocúpate por las de terror. Siempre hay alguien bajo tu cama, incluso si la aspiradora estuvo de tu parte hoy.

Re cinquito.

Samuel llegó a Maltimó para encontrarse con su hermano, estaba contento de que siguiera con vida. Le dieron trabajo y alimento; vivió en paz por tres meses. Luego la ciudad de Maltimó fue violada y arrasada por el ejército del norte. Samuel y su hermano Yalí fueron a refugiarse a “Parm” para luego trabajar en negocios sucios por dos años y medio. Yalí murió. Samuel ingresó a una fábrica de humanos, nunca los había visto; los usaban para operar las maquinarias pesadas, arreglar armas o simplemente de conejillos de India. Veinte horas diarias hasta que finalmente cuando morían exhaustos por el trabajo se los desechaba. Sin embargo en los últimos años se descubrió que podían “revivirlos” temporalmente y esto les ahorraba mucho capital de “fabricación”. El trabajo de Samuel consistía en llevar a los humanos muertos a M.K.F. (la “revividora”), cuando no había humanos muertos en la fábrica, los buscaba entre los inmensos basurales bajo la ciudad.

Un día, entre los basurales, encontró a una niña llorando y abrazando a un pequeño humano. Cuando Samuel preguntó, ella dijo “era mi amigo”.

sábado, 17 de enero de 2009

En los jardines de tu mundo.

Me gusta caminar contigo por estos parques, me hace sentir que aún estamos tan unidos como cuando. “¿No sientes frío?” No, tú abrígate. “Creo que lloraré hoy de nuevo… siempre que sonrío por mucho tiempo… tengo que llorar en la noche” Y eso por qué. “No lo se, simplemente lo hago” ¿Estamos cerca? Dime que no estamos cerca. “Faltan dos cuadras.” Podríamos perdernos como cuando. “Me encantaría… pero ya es tarde” No es tarde… “Pero sabemos que…” (Y se acabó el momento. Simplemente despertamos en camas distintas, a kilómetros de “nosotros”)

viernes, 16 de enero de 2009

Pecho a pechos.

El cheque sin fondos dio a parar a la mesa de la cocina. Le puse mantequilla al café y taza al individual. No he podido dormir por culpa de tu llanto fúnebre y me pegunto si ya es hora de colgarte el teléfono en las orejas. Estás custodiada, estás refrigerada. Me duele la cabeza al sentir el perfume que usaste hace un minuto, te imagino colocándome una bolsa en la cara y dejo de quererte luego.

jueves, 15 de enero de 2009

Dolía.

… sanador, recibe el milagro “recibo el milagro” Aleluya Mónica te declaro sana en el nombre de Jesús. Ven, párate al frente, ya estás sana. Tenías dolor en la columna… “me dolía” y ahora dónde está el dolor “no tengo dolor…” Quién te sanó “Jesús” Un aplauso y un abrazo para Mónica, aleluya, denle gracias al señor. Ja, ja.

domingo, 11 de enero de 2009

El cajón de los cubiertos.

Cansado de buscar se detuvo en el pequeño pasadizo y se dejó caer lentamente en el suelo helado. Cómo había podido perder su número telefónico. Se suponía que ella era muy importante para él “¿verdad?” Quizá si la buscaba en Internet… quizá en el MSN. No encontraba palabras bonitas en su mente… aún así, se conectó. “Entra…” esperó por una hora y al fin apareció. “Quién es este…” ella estaba abrazada de un sujeto de amarillo, su sonrisa era amplia. Se limpió el sudor de la frente y apagó la pantalla de su vieja computadora.
“El cajón de los cubiertos…” Se acordó que no había buscado el papel con el número telefónico en el cajón de los cubiertos.

Una pesadilla adelantada.

Pensaba que el arrepentimiento sería una fábula en mí. Lo permití, y ahora todo está fuera de control. El planeta arde en llamas, las peores pesadillas deambulan por las calles con normalidad. Escalofriante, espeluznante. El terror. Mis recuerdos están putrefactos, mis pensamientos fuera de órbita. La piel se escarapela, las irresistibles ganas de vomitar, los rostros empalidecen, las extremidades se adormecen, el frío está en ti. Es tan horrible todo que si en estos momentos muero no me lo perdonaría yo mismo, nunca.

viernes, 9 de enero de 2009

La mente de Mario.

Cómo me encontraron… ninguno de mis hijos sabía sobre mi paradero. Ninguno era tan hábil como para poder ayudarlos “¿No confía en sus genios?” Sé que son maravillosos, pero podían ser un gran peligro, es por eso que no dije nada. Ni si quiera yo podía enterarme de la ubicación de mi refugio, ellos podrían leerme. “Cree más en sus hombres que en sus propios hijos…” Ya le dije… no puedo controlarlos… son… “Y Mario…” Bueno… Mario no podría encontrarme aunque le diera un mapa… “Usted subestima a su primogénito”…Qué quiere decir. “Mario… habla cuando duerme ¿sabe? Fue por él que supimos donde buscarlo… Señor… Mario lo encontró entre sueños.”

miércoles, 7 de enero de 2009

Y me cerró la puerta.

Has pasado los límites. Lo has logrado, estás completamente solo. Felicitaciones.

Tú eres…

Fue rápido. No la reconocí, ella estaba un poco alterada por eso, creo. Luego la reconocí… sí, creo que la reconocí. Es la segunda vez que me hace esto. Me agarra de improviso y tardo un poco en darle crédito a mis sueños. Dudo, quién no. No se cómo aparece de pronto y me asesina. No se qué quiere que le conteste, la próxima vez intentaré escapar.

sábado, 3 de enero de 2009

No pido disculpas.

Esperó por muchos años, y el ocaso de la vida se dejó ver. Esperar, esperar… pero, parece que no llegará. Siempre se dijo “bueno, y qué si nunca llega” ¿Y qué? Estaba sola, desabrigada dentro de las sábanas de su cama, observando al televisor encendido… limpia, con el cabello arreglado, con las uñas pintadas para quién… para quién…