domingo, 16 de agosto de 2009

Lucidez.

Aquí, hecho pedacitos, creo ver mis intestinos bajo mi estómago. Huelo a ardor, mi sangre ya no tiene sabor. Tengo miedo, si. En cualquier momento puedo morir pero pienso que debo mantenerme lúcido en mis últimos segundos. Dónde estará ella… mañana por la mañana se enterará y se hará la valiente, morderá sus labios, llorará y luego se hará la valiente. Como quisiera que no viera mi cuerpo… pero la sádica querrá verme de todas maneras. “No hay necesidad tarada…” No puedo mover mis brazos… carajo… quiero escribir en el suelo… o algo por el estilo… no… bueno, total, no puedo mover mis brazos. Y ahora… que por un instante de locura pienso que podría salvarme, me desespero. “No seas tonto, ni si quiera puedes mover la boca…” A ver… lucidez… lucidez… no puedo salvarme…

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