domingo, 11 de enero de 2009
Una pesadilla adelantada.
Pensaba que el arrepentimiento sería una fábula en mí. Lo permití, y ahora todo está fuera de control. El planeta arde en llamas, las peores pesadillas deambulan por las calles con normalidad. Escalofriante, espeluznante. El terror. Mis recuerdos están putrefactos, mis pensamientos fuera de órbita. La piel se escarapela, las irresistibles ganas de vomitar, los rostros empalidecen, las extremidades se adormecen, el frío está en ti. Es tan horrible todo que si en estos momentos muero no me lo perdonaría yo mismo, nunca.
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3 comentarios:
oH, qué mágico.
La muerte es la culpable.
Lo loco es fijarse cuando se siente eso, se llena el vaso demasiado rápido y a la media hora después está todo tranquilo.
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