martes, 10 de julio de 2012

Las llaves

Pierdo la inspiración con cada recuerdo. A veces sueño que subo hacia tu habitación por la madrugada y encuentro ese ataúd bajo tu cama. Por más que trato, no puedo abrirlo. Forcejeo en silencio, no quiero despertarte, estás muy dormida, muy tranquila.
No se por cuánto tiempo más sigo intentando, desanimándome y animándome al minuto. 

Luego, presiento que empieza a amanecer y me acerco a ti, quiero pedirte que me ayudes, decirte que necesito lo que contiene, que, lo juro, no me lo llevaré todo.

  — No tengo las llaves. No me las diste.

“No tiene las llaves”… “no las tiene”…
Pierdo intentos cada madrugada.

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