sábado, 26 de abril de 2008

Nuestro teniente Ramírez.

El teniente Ramírez trató de correr hacia la salida. Pero pudieron intervenir sus canes. Uno de ellos le arrancó la mano izquierda al mugroso. El otro le quitó parte de la cara.

Está sangrando mucho, pero definitivamente no morirá. Se que, como él, otros caerán.

El teniente dice que extraña a su familia. No creemos que tenga familia, no encontramos ni una fotografía en su absurda billetera. A pesar de todo, muchos sienten verdadera lástima por él.

Por favor, se lo pido nuevamente. Déme una oportunidad. No deje al teniente en manos desconocidas. Yo lo conozco bien. Se como torturarlo para que empiece a hablar…

… Sí señor, gracias por la oportunidad, le prometo que el bastardo no morirá si no después de haber pagado la deuda con usted.

(Bien, retírese soldado)

A la orden mi “sargento.”

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