lunes, 11 de agosto de 2008

eLa.

Se apellidaba Malo. Le gustaba inyectarse en el brazo derecho y seducir a sus amigos en los tiempos de calma. Había aprendido en pocos años a defenderse de las multas y las penas que solían rodearla sin ninguna clase de “comillas”.

Tenía las ojeras más grandes que había visto Andrés en toda su vida. Sus pechos le hacían recordar a su joven prima fallecida. Su voz era amigable y aparentemente segura. Su caminada era un espectáculo únicamente para los que ya estaban sometidos a su pequeña telaraña mental. Sí… a Malo le gustaba la música con guitarras eléctricas… podía comer kilos de helado de menta y siempre resultaba ser una gran amiga en tiempos difíciles. Una amiga de verdad. Por eso… Andrés tenía una razón adicional por la cual odiar más a los tiempos difíciles.

Malo parecía estar resfriada… cuando sus oídos no escuchaban música.

1 comentario:

You're not in this alone dijo...

Este me recordó a mi gemela inexistente.
De hecho hasta su amigo se llama igual.

La rareza siempre me sorprende.

Gracias por pasar por mi espacio.