sábado, 23 de agosto de 2008

Permiso.

Se preguntaba si le había dicho que no le tenga lástima. Pero no podía evitarlo. Al verla utilizando el piano se le caían los ojos, inmovilizaba su mente y hablaba por hablar. No me interesa, era la sugerencia. Obsérvame un poco, era el chantaje. Se va, no quiere, quiere, no se va, muere, no se va, se va, no quiere que se vaya, que no llore, que la falta de preocupación sea lo suficientemente fuerte para aguantar dos horas seguidas. Que su imaginación… no le juegue sucio. Que las pesadillas no sean rencorosas y aparezcan, que su música no sea pendeja, que sus paréntesis soporten la tormenta. Y vemos ahora… que no la soportó.

1 comentario:

pelicanopitekus dijo...

Insoportablemente bella,pero vacía.(Hernaldo).