viernes, 12 de diciembre de 2008

Cuando los párpados se desaten.

Hoy me encuentro en el mismo salón en donde estuviste hace muchos ayeres. Miserable. El hecho de tan solo pensar que estuvo parada en este mismo lavatorio. Puedo sudar también. Mareos a tu condimento, orgasmos a tu movimiento. Para que gritar si las hojas ya están en el suelo. Si los oídos ya están destruidos. Tu, amada, ya nos despertaste a todos. Somos color, somos olor, somos dolor. Si, es nuestro espacio, nuestro caldero, una muy adornada tumba. Cantaré, y quizá pueda contarle al viento de afuera, que lo hice sin ti esta vez.

2 comentarios:

Pamela Caballero dijo...

" y quizá pueda contarle al viento de afuera, que lo hice sin ti esta vez." Bueno muy bueno, qué no me hizo pensar esa frase. Siempre quedan los momentos...

Pd: Sería un honor ser parte del blog. Y el placer sera mio.

Ivanov dijo...

en un salon quedaron muchos sudores....saludos