jueves, 11 de diciembre de 2008

Grabatón.

Cerró los ojos y masticó el pezón de Amalia. Ella, fuera de sí, gritaba e imploraba que la libere. Beberé de tu sangre, tu cuello se teñirá de morado y plomo. Al fin escucharé tu afónica voz. Dicho y hecho, sacó su grabadora. Y las pilas…