Miedo de martes.
Como una expresión de un arte inventado. Sin didáctica… sin revancha. Lenta y putrefacta. Iluminada e irrecordable. Parecía haber salido de una sala de parto en la cual había leve muerte. Un remolino de serenidad bastarda. Un humor loco y agestado como el de mi difunta. Era una presión que publicaba un próximo infarto. Uno de placer. Uno sublime.
6 comentarios:
una voz fangosa sería la mía, producto de una terrible congestión nasal.
¿por qué escribir algo tan sórdido? sabes? en Lima sale el sol, a veces pero sí.
uno de place, uno sublime. Salvo todo el acto.
Es que las lluvias (lloviznas) de julio se trastocaron con las de agosto. Probablemente a causa del calentemiento global... Y porque me aburrí de un Julio y me entretuve con un agosto.
me gusto este ultimo texto, por cierto.
Miedo de martes.Miedo de muertes.Tan acostumbrado está uno a morir en vida, que termina deseándolo, como un masoquista incurable.
Hasta luego
miedo de miércoles.
eso pasa cuando sucede.. que te acostumbras a la rutina y algo te tuvo que sacar... hmm un infarto de placer, uno sublime: de esos hace falta por acá.
un beso
.-ade
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