viernes, 25 de julio de 2008

¿Cañita? …¿no?... bien.

Al despertar de su sueño, no abrió los ojos. Siguió así un momento seguro de que le faltaba mucho para llegar a su destino y volvió a dormir. Despertó nuevamente y se detuvo a pensar de manera casi consciente en la posible realidad que lo rodeaba. Abrió los ojos…

Lo cierto, era que en el camino había despertado muchas veces, pero se limitaba a seguir con los ojos cerrados. Para que abrirlos decía. Si aún faltaba mucho…

Al llegar vio que debería detener todo cuanto antes. Observó a su alrededor. Sin duda, había llegado demasiado lejos. Al frente, montañas solitarias, selvas negras y caminos inciertos le decían que se encontraba en soledad. Y decidió regresar sin saber como lo haría.

Ayer tocó mi puerta. Le serví un vaso con agua. Pero… a pesar de su sed, no lo dejó vacío. Puso el vaso, aún con la mitad de agua, en mis manos, me agradeció con sinceridad, y siguió arrastrando los pies por el camino… Tenía los ojos cerrados.

Cuando regrese, si decide hacerlo, ...le tendré preparada una cañita. Pero en realidad quisiera que no llegara a usarla.

No hay comentarios.: