jueves, 17 de julio de 2008

Comedor.

Podía llevarlos por un camino tranquilo mientras se recostaban en el sillón y un sol cansado y anaranjado les caía en los ojos llorosos. Pero ahora que no hay muchos me pregunto si debo dejar que la oscuridad se aparte… tienen miedo, se nota. Simplemente no se que hacer con los que sobrevivimos.

Muchos se acercan a la ventana y observan a las diminutas personas de miradas… perdidas… a las palomas atractivas.

Ahora… se puede llorar sin remordimiento… ya que… ya… que… …quedamos… muy pocos…

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