Estaban acostados en el pequeño mueble claro. No era necesario esperar a que el tiempo los apure y les susurre que no podían aguardar al sol. Eran unos cuantos cuartos de hora más… unos menos. Iba a cesar. Llorar era muy adecuado para ella. Observar el techo lo era para él. Mientras más emociones se podían acumular quizá sería mejor… más emociones, más… no tendrían otra oportunidad para abrazarse de la manera en que lo hacían. De entristecer con una sonrisa te título: momentánea. El título al que odiarían, como todos los seres lo hacemos, todos. Y al que buscarían hasta encenizarse mutuamente.
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