martes, 8 de julio de 2008

Temprano.

Ella aceptó la pequeña flor intocable. Los columpios indecisos aún parecían estar quietos. Pablo buscó entre los papeles de su descocido bolsillo hasta encontrar el anillo. Jacqueline se acomodó lo que le quedaba de cabello y se quedó observando la lejana montaña azul. La arena y el vidrio en sus manos ya no le incomodaban. Los ojos de Pablo la encontraron. Sus brazos, los cuatro, se esforzaban por mantenerse casi juntos. “Un…” no Jacqueline, sin palabras… Su anular era muy delgado para la vieja joya. Los cuatro ojos se volvieron nuevamente a la montaña azul. No encontraban palabras, y dejaron de esforzarse por encontrarlas. Era su tiempo, su lugar, sus columpios, sus árboles, su montaña… Aún había un pedazo de mundo para una muy joven pareja de cadáveres. Para un primer, temprano y último amor.

Era su momento, antes de que les llegara un juicio irracional. Sí, se habían encontrado. Habían caminado el pequeño corredor del destartalado autobús. Habían bajado y por fin llegaron sin preocupación alguna a un parque. Un parque con eso que ellos ya no poseían pero anhelaban poseer, vida.


***


Pablo estaba sentado con su madre. De su asiento, podía ver a la niña más hermosa que había visto en su graciosa vida. “Y qué si me paro y voy a hablarle… antes de que el autobús llegue a.”
Los ojos de Jacqueline estaban hospedados en sus rodillas, pero vivían en Pablo. “Me está viendo… ¿se habrá dado cuenta de quién soy?... ¿Se habrá dado cuenta?…”
La vista del conductor de aquél autobús, ajena a un destino con vida, se perdía…
“Como se llamará… si fuera mi novia le regalaría… …ese anillo” Pablo veía el anillo de una mujer cercana a él.
“Me está viendo… ¿se habrá dado cuenta de quién soy?... ¿Se habrá dado cuenta?…”
La vista del conductor de aquél autobús, ajena a un destino con vida, se perdió…
Los diversos cuerpos, pasajeros de aquel vehículo dejaron de funcionar sin siquiera percibir la brisa de sus conciencias. El despertador de la muerte tocó… Pablo y Jacqueline decidieron escapar aunque sea por unos minutos… “Espérame afuera… que voy por un anillo”

No hay comentarios.: